The magic dimension

 

Emma Roba Heredia (6ºB).
Había una vez una niña llamada Lidia; era morena, de ojos color verde y blanca de piel. Para todos sus compañeros de clase ella era la marginada. Era bastantes estudíosa y sacaba buenas notas. Sin embargo, en la otra dimensión las cosas no iban bien; la reina de la naturaleza, llamada Candy, temía la desaparición del reino mágico, ya que el demonio Niguiri atentaba contra la vida en el reino. Un día el mago Merlín descubrió que había una persona que podía salvar al reino mágico; pero había un problem, esa persona era de la otra dimensión. Al mago se le ocurrió una idea y fue deprisa a contárselo todo a la reina Candy. A la reina le pareció buena idea, asi que puso el plan en marcha. Un día cuando Lidia se estaba mirando en el espejo , alguien le tiró de la mano hasta introducirla dentro del espejo. Cuando Lidia estaba admirando aquel lugar tan bello, Candy la llamó por su nombre. Ella sorprendida se giró y le dijo:

– ¿Cómo sabes cómo me llamo?

Y Candy le respondió:

– No hagas preguntas, luego te contaré.

De repente Candy le acercó un unicornio y le dijo que se subiera en él.  Lidia, alucinada, hizo caso y se subió en el unicornio, que las llevó a palacio. Cuando llegaron Candy llevo a Lidia hasta la sala del trono y ahí le explicó todo. Lidia empezo a reirse sin parar y Candy le pregunto:

– ¿Por qué te ríes tanto?

Y ella le respondio:

– Me rio porque esto es todo un sueño y ahora mismo estoy durmiendo en mi casa.

Candy le contesto muy seria:

– Esto no es un sueño es un problema muy grande y tú debes salvarnos.

Lidia muy asustada dijo:

– ¿Y cómo voy hacer eso?

– No te preocupes, el mago Merlín te ayudará a conseguirlo.

Lidia seguía asustada a pesar de lo que decía Candy, ya que sobre ella recaía la existencia del reino entero. Candy mandó llamar al mago Merlín. Llegó poco después. Candy y el mago estuvieron hablando durante un buen rato a solas en el salón. Cuando salieron, Merlín le dijo a Lidia que él le enseñaría a dominar sus poderes.

Lidia preguntó:

– ¿Qué poderes?

El mago contestó:

– Sí, poderes; en esta dimensión tienes poderes incluso más que yo si sabes dominarlos.

– Vale, lo intentaré.

Candy le dijo:

– ¡Has elegido el bien!

El mago le empezó a enseñar a Lidia cómo dominar sus poderes y Lidia cada vez lo hacía mejor y mejor y mejor y mejor. Hasta que un día Nuiguiri fue al palacio, porque descubrió que si mataba a la reina moriría todo el mágico. Entró rompiendo la ventana; la reina estaba sentada charlando con Lidia, absorta en la conversación; se sobresaltó.

– ¡Nuiguiri! -gritó Candy.

Lidia se giró y dijo:

– Te estaba esperando.

Nuiguiri le lanzó un hechizo a la reina para que se muriera. Lidia se puso a llorar desconsoladamente y gritó:

– ¡Maldito!

Nuiguiri empezó a reírse a carcajadas.

– ¡Todos vais a morir!

Lidia empezó a resplantearse lo de lanzar el hechizo. ¿Y si lo hacía y no acertaba? El peso recaía en ella. Candy la vio insegura y la animó.

– ¡Tú puedes hacerlo, eres especial!

Lidia al oír sus palabras no se lo pensó dos veces y lanzó el hechizo. De repente se abrió un portal al inframundo que se llevo a Nuiguiri para siempre. ¡Lidia habia salvado el reino mágico! Candy se lo agradecía en nombre de todos y la devolvió a la realidad.
Después de todo por lo que había pasado, intentó relacionarse con la gente para que vieran que era buena persona y le funcionó. Al cabo de un tiempo cuando se volvió a mírar en el espejo, vio al mago Merlín que le sonrió y le dijo: – Hiciste bien por salvar el reino y por eso te voy a obsequiar con algo, con tus poderes de la otra dimensión; pero hay algo más, si los utilizas para el mal desaparecerán automáticamente.

Lidia le respondió:

– Está bien.

Y a día de hoy Lidia sigue teniendo sus poderes y nunca se olvido de aquel lugar tan hermoso y de lo que hizo, y quizás, si te miras al espejo, la reina de la naturaleza te elija a ti para salvar el reino mágico de nuevo.